¿Os podéis imaginar un lugar en el mundo en el que los dinosaurios sigan manteniendo su ley, el canibalismo sea de lo más común y además no tengan ni televisión? Pues aunque parezca mentira, ese lugar existe y los protagonistas de este programa de Ocean han tenido la desgracia de conocerlo.
¿Qué quieres saber?
Ficha de Where Time Stood Still
Videojuego: Where Time Stood Still
Sistema: ZX Spectrum 128K
Ocean Software
Programadores: Denton Designs (John Heap, Fred Gray)
Año: 1988
Análisis de Where Time Stood Still
Microhobby nº178
El viaje de bodas había sido insoportable. Estaba hasta el gorro del insoportable Clive, el tío que había alquilado mis servicios, un glotón de más de cien kilos de peso que creía que todo el mundo le quería robar la cartera.
Le acompañaba su hija Gloria, la recién casada, una chica elegante, simpática y distinguida que me miraba con demasiados buenos ojos. Para completar esta agradable escena estaba Dirk, el típico atleta caza-dotes de celos incontrolados y pasado ejemplar. es decir, un buen chico.
Y soportándolos a todos ellos, yo, Jarret, piloto de avión, guía especializado, camorrista, borrachín y mercenario de aquel que más pague. Nunca he dicho que sea Peter Pan.
Menos mal que pronto llegaríamos a Nepal y allí me libraría de estos pesados, pero algo sucedió en el camino, algo que si no hubiera tenido que vivirlo nunca lo hubiera creído.
Todo empezó cuando una fuerte tormenta de nieve heló una de las hélices. La cosa se ponía cruda, pero todavía era posible que alcanzáramos nuestro destino intactos. O por lo menos eso pensaba yo hasta que se heló la siguiente y empezamos a perder altura.
Clive apareció en la cabina dando gritos e insultándome. Qué si me había dormido, que si me habían dado el carnet de piloto en una tómbola y demás zarandajas.
Cuando conseguí hacerle callar y le conté lo de los motores desapareció de la cabina y se fue a contarlo a sus acompañantes.
Realizar un aterrizaje de emergencia en el Himalaya no era una de mis muchas especialidades, pero nunca es tarde para aprender. Enderecé el aparato corno pude y me dispuse a destrozarlo contra lo primero que apareciera que fuera lo suficientemente llano como para aterrizar.
Lo último que recuerdo fue el golpe del descenso, un montón de estrellitas que circulaban alrededor de mi cabeza y el choque con unos riscos.
Cuando me desperté, la pandilla de inútiles, perdón, de insignes viajeros estaban contemplándome con cara boba, como si yo fuera Superman y nada más levantarme los fuera a sacar de allí.
La cosa no era tan sencilla. Habíamos caído en me dio de unas montañas y salir de allí sin ayuda no iba a ser fácil, pero por lo menos deberíamos intentarlo.
Les dije que recuperasen todo lo que pudieran cargar del avión y emprendimos la marcha. Aquello parecía estar desierto; pero, de repente, una gigantesca sombra nos cubrió por completo y algo que no distinguí bien paso por encima de nosotros volando a baja altura.
A la segunda pasada lo pude distinguir, pero aún así no me lo creía. Nos había atacado un Pterodáctilo, un ser antidiluviano que debió desaparecer hace un montón de siglos.
No tenía ni idea de donde estábamos pero aquello me hizo pensar que si queríamos permanecer con vida el mayor tiempo posible habría que salir de allí antes de convertirnos en la cena del «pajarito» o de algún amigo suyo.
Este podría ser el argumento de este fantástico, en todos los sentidos, juego de Ocean. En él, deberás controlar a Jarret, el intrépido y descarado piloto, al que los demás protagonistas seguirán ciegamente, o por lo menos lo intentarán. En el caso de que Jarret muera, cosa bastante frecuente por cierto, podréis elegir a cualquiera de los otros personajes para que sea el nuevo líder.
El programa utiliza la mis ma técnica de otra gran videoaventura tridimensional, The Great Escape, obra de los mismos programadores, a la que se han añadido algunas novedades, como la posibilidad de poder acelerar la velocidad de movimiento.
Gráficamente, el programa es insuperable Tanto los escenarios como los diferentes personajes de la aventura poseen una calidad excelente. Además, se ha sacado partido a los 128 K de memoria para realizar una aventura tan complicada como bella.
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Este quizás sea el único inconveniente, el que los usuarios de 48 K no puedan disfrutar de esta obra de arte de la programación, pero mucho nos tememos que habrán sido dificultades insalvables de memoria las que hayan impedido a los programadores crear una versión en este formato.
Ojalá todos los programas en que el tiempo se parase poseyeran este grado de calidad.
¡Chapeau! señores de Ocean.
Reseñas de Where Time Stood Still
Microhobby nº159
Con un formato muy similar al del mítico «La Gran Escapada», este programa se desarrolla en una inexplorada región del Tíbet, donde encontraremos un mundo hostil plagado de caníbales, pigmeos viciosos, dinosaurios y un sinfín de peligros de la más diversa naturaleza.
Valoración de Where Time Stood Still
Microhobby nº178
- Originalidad: 80%
- Gráficos: 90%
- Movimiento: 90%
- Sonido: 90%
- Dificultad: 100%
- Adicción: 90%