Juego: West Bank
Dinamic Software
Programadores: Alvaro Mateos Herrera, Snatcho
El West Bank es un banco muy especial Recibe diariamente casi a tantos pistoleros dispuestos a atracarlo como pacíficos clientes que desean ingresar sus ahorros.
El juego consiste en mantener a raya a todos estos forajidos para permitir que las arcas del banco se vayan llenando poco a poco de dólares.
El banco esta formado por doce habitaciones diferentes. las cuales están recibiendo casi continuamente a visitantes con muy variadas intenciones. En cada fase hay que conseguir que cada una de ellas tenga una cantidad mínima de dinero, por lo que deberemos disparar contra aquellos que vengan a robar y dejar pasar a quien venga a ingresar sus dólares, pero hay que tener sumo cuidado de no disparar contra los pacíficos ciudadanos y de ser más rápidos en hacerlo que los atracadores.
Una vez conseguido que todas estas habitaciones tengan su cantidad correspondiente de dinero, deberemos enfrentarnos en un duelo a muerte con tres de los más temibles bandidos al Oeste del Mississipi. Si conseguimos ser más rápidos que ninguno, podremos obtener una buena cantidad de puntos e incluso, alguna vida extra.
Así se van sucediendo las fases hasta llegar a las dos ultimas de cada día, que transcurren por la noche, por lo que nos resultará mucho más difícil reconocer a nuestros visitantes y por lo que deberemos tener mucho cuidado de no disparar contra un inocente, pues si así lo hiciéramos, perderíamos una de nuestras valiosas vidas.
El juego resulta, en definitiva, muy entretenido y bastante emocionante, pues a medida que vamos avanzando en las fases y en los días, la cosa se va complicando: las puertas se van abriendo con mayor frecuencia y somos visitados por un número mayor de atracadores que, además, van siendo más rápidos en disparar, por lo que llega un momento en el que la tensión es máxima y no se permite ni el menor despiste, o de lo contrario... ¡Bang!, muerto.
Por otro lado, los gráficos son excelentes y los personajes representan fielmente a los forajidos de la época, por lo que jugar con este West Bank resulta una verdadera delicia.
Tan sólo tenemos que poner un pero a este juego, y es que quizá se eche de menos un poco de variedad en el desarrollo, pues debemos confesar que cuando llevas un buen rato dándole a las pistolas, resulta un pelín monótono; pero también es justo señalar que esto se suple con una creciente emoción y sin darte cuenta te vas «picando» cada vez más y te es difícil levantarte del sillón hasta no haber conseguido igualar las magnificas puntuaciones que consiguieron, muchos años atrás, pistoleros tan famosos como Lucky Lucke o Billy «El niño».
