La nave empezaba a funcionar mal. Los diferentes impactos de neutrones habían causado los suficientes desperfectos como para forzarme a efectuar un aterrizaje de emergencia. El ordenador de a bordo me informaba de la falta de energía en los niveles propulsores y que la fricción y el calor producido por la entrada en cualquier atmósfera podía resultar mortal de necesidad. Pero tenía que intentarlo...
¿Qué quieres saber?
Ficha de Trantor
Videojuego: Trantor
Sistema: ZX Spectrum 48K
Go!
Programadores: Probe Software Ltd (David Quinn, Nick Bruty, Alan Tomkins, David Whittaker)
Año: 1987
Análisis de Trantor
Microhobby nº158
Desoyendo los consejos de la eficaz y fría máquina, me permití el lujo de fiarme de mi intuición y decidí que prefería volatilizarme intentando aterrizar, que hacerlo en el espacio mientras esperaba un dulce fin. Tras esta decisión, tomé los mandos y me dispuse a preparar los retropropulsores. las cuales poseían la fuerza suficiente como para sacar la nave de la órbita actual y dirigirla hacia la atmósfera del planeta más cercano que, desgraciadamente, conocía de alguna que otra visita anterior.
La entrada en la atmósfera me hizo recordar todas las naves, pilotadas por su puestos expertos, que se habían desintegrado al pasar por un trance como el mío actual. La nave temblaba y parecía que se caía a trozos. Todos los indicadores de alarma empezaron a sonar simultáneamente, pero yo intentaba no hacerles caso. Sólo mantenía mi interés en el indicador de altura que empezaba a bajar a velocidades vertiginosas.
Por lo demás, sólo había perdido dos escudos deflectores, la reserva principal de combustible, y gran parte de mis nervios. Pero la nave descendía y, lo que es más importante, había soportado el primer choque con la atmósfera.
De repente, cuando sólo me quedaban unos metros para el contacto con la superficie del planeta, el indicador de energía nuclear pasó a la posición B, que indicaba un exceso de sobrecarga que facilitaba, y mucho, una importante explosión en los depósitos de la nave, con la consecuente desintegración.
Esto me preocupaba bastante, por lo que decidí acelerar el descenso. El aterrizaje no fue de los mejores que he hecho, pero sí rápido, casi tanto como yo cuando empecé a alejarme de la nave.
Llevaba recorridos dos o tres metros cuando oí el clásico pitido que anunciaba la autodestrucción de la nave, por lo que me lancé a cubierto antes de que algún fragmento me alcanzara. Ésta explotó y perdí el conocimiento durante unos minutos.
Cuando me recuperé, empecé a tomar conciencia del planeta en que me hallaba, por lo que me apresuré a montar mi eficaz lanzallamas, que también conocía aquel planeta de visitas anteriores.
Por cierto, hasta ahora no me he presentado. Mi nombre es Trantor y digamos que me dedico al comercio, aunque de una manera un poco más remunerada que la normal.
El planeta sobre el que he mal-aterrizado, tiene por nombre Xendor y digamos que es una de las más perfectas bases de androides que he conocido durante todos mis años de pirata galáctico.
En ella, se ocultan todos los proyectos militares secretos de los xendorianos, especie de mamelucos con tuercas que gozan de un alto sentido del asesinato: lo hacen por placer.
Como comprenderéis, no es mi intención permanecer mucho tiempo entre tan agradable compañía, así que os explicaré cómo nos podemos librar de un final macabro, si es que cuento con vuestra ayuda.
Lo primero que tenemos que hacer, es localizar las ocho terminales que existen en el complejo NIK, cada una de las cuales contiene una letra que forman la clave de acceso a la sala de los rayos. Complicado parece, pero yo lo conseguí una vez, así que ahora, con vuestra ayuda, puede ser un poco más fácil.
Las ocho letras forman una palabra relacionada con el mundo de los ordenadores. Una vez descubierta ésta, debemos encontrar la pantalla de seguridad, que creo que sé donde está, por lo que ya tenemos cierta ventaja. En ella, deberemos escribir la palabra, tras lo cual recibiremos un código para el rayo.
Con éste nos dirigiremos a la zona de rayos, lo escribiremos y, si todo sale bien, escaparé de aquí transportado por el rayo. Parece fácil, pero no lo es, porque en todos los pasadizos del complejo, hay xendorianos dispuestos a convertirme en papilla para robots, y no es ninguna broma, porque estos muchachotes carecen totalmente del sentido del humor.
Pero son tan soberbios, que en algunos armarios esconden ventajas para sus enemigos, para así disfrutar más con su caza, ya que les encantan los intrusos que se lo ponen difícil.
Entre esas ventajas están algún que otro alimento para reponer mi energía, un escudo temporal, bombas diversas y, quizá lo más importante, un reloj que pone a 90 los segundos de que disponemos para escapar del complejo, ya que ésa es la duración de la reserva de aire de que dispongo.
Con todos estos detalles, habréis podido deducir que «Trantor» es una vídeoaventura de mucha acción, en la que cualquier descuido te puede costar caro. Los gráficos, sobre todo el del protagonista, de un tamaño y movimiento notable, son de lo mejorcito que hemos visto desde hace tiempo.
Acompañados de una dificultad alta, una gran nivel de adicción y, lo más importante, entretenimiento asegurado, este programa de la nueva Firma de U. S. Gold se convierte en un éxito en potencia que dará mucho que hablar. Al tiempo.
Valoración de Trantor
Microhobby nº158
- Originalidad: 80%
- Gráficos: 90%
- Movimiento: 90%
- Sonido: 70%
- Dificultad: 80%
- Adicción: 80%