Juego: Kirel
Spectrum 48K
Addictive Games
Programadors: Siegfried Kurtz
1986
Aparentemente podría parecer que Kirel es otro programa más que ha tomado a un laberinto como elemento principal para su desarrollo y que, como ocurre en Gyroscope o Spindizzy, nuestra misión es movernos con habilidad por los intrincados recovecos de tan enmarañados escenarios.
Algo hay de cierto en todo esto, pero Kirel es un juego que va mucho más allá de las acciones meramente de habilidad; Kirel es básicamente una prueba de inteligencia.
El argumento del programa está protagonizado por un simpático individuo de grandes ojos cuyo cuerpo está formado en su práctica totalidad por la cabeza, por lo que sus movimientos son ligeramente torpes y más bien lentos. Kirel, el nombre de dicho engendro, deberá arrastrarse por un total de 70 pantallas con la intención de desactivar las bombas que se encuentran en cada una de ellas.
La dificultad del juego estriba en llegar a dichos explosivos (o algunos otros elementos como energía extra y cosas así). La estructura de cada pantalla, como antes decíamos, es en forma de laberinto formado por numerosos escalones que se apilan unos encima de otros. Kirel sólo puede subir o bajar de uno en uno dichos escalones, por lo que el camino hacia las bombas será para él, en la mayoría de las ocasiones, inexpugnable. Sin embargo, cuenta con la posibilidad de coger uno (y sólo uno) de estos escalones y transportarlo hasta otra posición en la que pueda resultarle más ventajoso para poder acercarse hasta su objetivo. Esto es prácticamente en lo que se basa el desarrollo del juego: en ser rápido y pensar, sin perder un segundo, la manera de mover las piezas del laberinto para alcanzar el objetivo.
De por si, esto resultaría ya bastante complicado, pero además existen otros inconvenientes que harán que la misión sea ya prácticamente de genios. Por ejemplo, el tiempo con el que contamos es limitado, y, por si fuera poco, unos molestos y viscosos seres nos perseguirán y obstaculizarán insistentemente nuestro camino, restándonos, además, gran parte de nuestras valiosas energías.
En general, Kirel resulta un programa bastante entretenido y adictivo, aunque a nuestro juicio posee una dificultad excesivamente elevada.
Gráficamente también es bastante atractivo y posee la característica de que puede ser cambiado el ángulo de visión 90 ó 180 grados, ofreciéndonos así la posibilidad de explorar mejor las condiciones del terreno.
Un programa de inteligencia, con sus dosis de acción y correctamente realizado.