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Starstrike II | Juego: Spectrum 48K | Ian Oliver & Graeme Baird · 1986

  • 12 de octubre de 2017

Juego: Starstrike II

Spectrum 48K

Realtime Games Software

Programadores: Ian Oliver, Graeme Baird

1986

Un nuevo juego de simulación espacial ha hecho aparición recientemente en el mercado del software. Se trata de la segunda parte del legendario Starstrike y con él tendremos la oportunidad de revivir nuevos enfrentamientos con aquellos rebeldes galácticos que se sublevaron hace algún tiempo en contra de la Federación, los Outsiders.

Una vez más, las rápidas naves Starstrike deberán luchar frente a los Outsiders con el fin de someter a la población que habita las cinco estrellas rebeldes y que se reparten en un total de 25 planetas. Si conseguimos vencer en cada uno de ellos, podremos dar por cumplida nuestra misión.

Al comenzar el juego, se presenta ante nosotros un mapa sideral en el que se nos describe la situación de las estrellas con sus correspondientes planetas; se nos indica, además, las características económicas, políticas y militares de cada uno.

El lanzador hiperespacial nos transportará hasta las proximidades del planeta que hayamos elegido como nuestro primer objetivo, y en unos segundos entraremos en combate.

Cada enfrentamiento está dividido en varias fases y para conseguir dominar a un planeta, es necesario ir sobrepasándolas consecutivamente.

La primera consiste en atravesar las barreras magnéticas que han sido instaladas alrededor de cada planeta. Estas poseen una pequeña abertura, y será precisamente por este lugar por donde tendremos que atravesarlas con nuestra nave, aunque además presentarán el inconveniente de estar protegidas por algunos cazas enemigos.

Si conseguimos atravesar todas estas barreras (aunque lo logremos posiblemente nos encontremos en unas condiciones mucho más precarias que las iniciales), tendremos que afrontar nuevos combates espaciales con las naves rebeldes, pero esta vez de una manera mucho más directa. Esta segunda fase, aunque teóricamente pueda parecer la de mayor acción, es la que resulta más lenta y monótona, pues el número de objetivos enemigos no es excesivamente elevado y necesitaremos explorar muy detenidamente cada rincón de la galaxia para conseguir dar con uno de ellos. Afortunadamente, contamos con la inestimable colaboración de nuestro potente radar, el cual nos facilitará enormemente esta azarosa búsqueda.

Por último, una vez superados todos estos obstáculos, nos encontraremos en el interior mismo de las bases enemigas, donde tendremos que dominar, con gran habilidad, nuestra nave para conseguir pasar por los retorcidos y complicados túneles que llevan directamente al reactor central del planeta, lugar éste de vital importancia para los rebeldes y único objetivo a alcanzar por nuestra parte.

Así habremos conseguido completar la primera misión. Ahora sólo nos faltará volver a repetir la operación otras 21 veces, aunque la dificultad variará en cada una de ellas dependiendo del poderío militar del planeta a dominar.

Esto es, a grandes rasgos, el desarrollo principal de Starstrike II, un programa que sin llegar a poseer una acción excesiva, logra mantener nuestra atención ocupada durante la mayor parte del tiempo (si exceptuamos lo citado anteriormente de la escasa actividad que caracteriza a la segunda de las fases).

La mayor cualidad exigida, por tanto, en este juego es la habilidad en el dominio de la nave, pues no es apenas necesario ningún otro planteamiento táctico, aunque tampoco debemos confundirlo con el típico juego de matar marcianitos, pues ni la acción llega a ser tan elevada ni la sencillez de sus planteamientos tan escasa.

La mayor virtud de Starstrike II está mucho más allá del propio desarrollo del juego, pues lo que llama la atención sobre cualquier otro detalle, es, sin duda, la gran belleza de sus pantallas. a las cuales se les ha conseguido imprimir una verdadera sensación de realismo.

Efectivamente, parece que (sobre todo en la primera fase, la cual es francamente magistral), nos encontramos a bordo de una nave espacial y que los otros objetos flotantes se abalanzan hacia nosotros. Con esto evidentemente el resultado del programa adquiere una mayor calidad, lo que viene a demostrar una vez más, la gran importancia que los gráficos poseen en la confección de un programa.

Starstrike, sin embargo, posee un fallo que no puede ser pasado por alto, y es la falta de velocidad en la ejecución de los movimientos, los cuales resultan en algunos momentos excesivamente lentos y hacen perder dinamismo a un programa que, de no ser así, hubiera sido casi perfecto gráficamente.

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