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Rampage - ZX Spectrum de Activision (1988)

  • 20 de agosto de 2019

Tres extraños seres de peculiares características y enorme tamaño, han invadido las calles de la ciudad con el único objetivo de reducirlas a cascotes. Uno de esos monstruo eres tú.

¿Qué quieres saber?


Ficha de Rampage

Videojuego: Rampage

Sistema: ZX Spectrum 48K

Activision Inc

Programadores: Catalyst Coders (Bob Pape, Mark A. Jones, Colin Tuck, Z)

Año: 1988


Análisis de Rampage

Microhobby nº163

George, Lizzie y Ralph estaban en su restaurante favorito degustando esas asquerosidades variadas que les encantaban. De repente, el primero de ellos empezó a sentir unas convulsiones, un sudor frío que le recorría toda la piel y lo que parecía que era una mala digestión se convirtió en una pesadilla.

Las convulsiones cada vez se hicieron mayores, y ya no sólo George bailaba aquel desagradable baile de San Vito, sino que Ltzzie y Ralph también se habían unido a la fiesta.

Entre los gritos de las demás personas presentes en el restaurante, comenzó la transformación: aquellos tres simpáticos oficinistas que tomaban su almuerzo se habían convertido en tres monstruosidades de tamaño gigantesco y fuerza espeluznante.

A George le había tocado la mejor parte, era lo más parecido a un ser humano de los tres: un gorila gigante. Lizzie, que siempre había hablado de lo que le encantaría bucear sin respiradores ni botellas de oxígeno, podría hacer realidad ahora su sueño, ya que la ingestión de aquellos alimentos en mal estado le había conferido la apariencia de un gigantesco saurio, cuyas fauces harían palidecer al más valiente.

Ralph, gran amante de los animales domésticos, había tenido peor suerte. Un salpullido de pelo había cubierto por completo su piel, sus orejas se habían estirado hasta poseer la misma forma que las de cualquier can y su voz tenue y amable se había transformado en un desaforado ladrido continuo: su papel era el de un hombrelobo de talla mediana, es decir, unos 12 metros de altura: nada del otro mundo.

En estas circunstancias y con el consecuente enfado por el cambio de personalidad y lo asquerosa que era la comida, les dio por destrozar un poco el restaurante y hacerle un par de caricias al cocinero. Este último se ha hecho famoso por la carrera que realizó aquel día, en la que batió los récords del mundo en todas las distancias, ya que esto sucedió en Chicago a las 12 de la mañana y él se encontraba en San Francisco a la media hora, y sin utilizar ningún otro medio de transporte salvo sus piernas. Toda una hazaña.

Como bien imaginaréis, nuestros amigos no se contentaron con haber destrozado el local, sino que pillaron el gustillo al derrumbamiento a base de golpes y la emprendieron con toda la manzana.

Su sistema, muy eficaz por cierto, se basaba en subir por uno de los laterales del edificio y liarse a mamporros con las ventanas y los pilares que le sostenían. De vez en cuando, encontraban algo tras las ventanas que saciaba su voraz apetito, aunque también se llevaban algún que otro dolor de estómago tras engullir alguna bombilla, televisión o tostadora.

Por si estas molestias intestinales fueran poco, el ejército había decidido ir de caza esa mañana y, por medio de helicópteros y tanques, intentaba impedir la destrucción de la ciudad. A esto hay que unir algunos agresivos vecinos que se distraían desde sus ventanas jugando al tiro al blanco sobre nuestros amigos, lo que no les hacía extremadamente felices, acabando alguno de estos Buffalo Bill urbano en el estómago de George o Ralph, los más voraces.

Lo que habían ganado en tamaño nuestros amigos lo habían perdido en inteligencia, ya que una buena parte de su energía desaparecía bien por esperar a que se derrumbara el edificio con ellos encima, bien por los golpes que se sacudían entre ellos mientras demolían las estructuras de cualquier casa.

«Rampage» es realmente de lo más divertido que ha pasado por nuestras manos. La simpatía de su argumento y la originalidad de sus personajes protagonistas desborda todo lo que hasta ahora habíamos conocido en arcades de habilidad.

Hay que destacar también la posibilidad de que los tres jugadores puedan estar en la misma pantalla destruyendo edificios, ya sea como competición personal a ver quién lo derriba antes, o como trabajo de grupo, para pasar lo más rápidamente posible de pantalla.

Unas 50 ciudades esperan la visita de estos tres monstruitos que se mueven, para no desentonar con el conjunto, lo más simpáticamente posible, pero sin perder su realismo.

Por si todo esto fuera poco, la adicción que el juego posee os puede hacer estar horas delante de la pantalla, mientras que demoléis, destrozáis y devoráis todo aquello que se cruce por delante de vuestras pérfidas miradas.


Valoración de Rampage

Microhobby nº163

  • Originalidad: 80%
  • Gráficos: 80%
  • Movimiento: 90%
  • Sonido: 70%
  • Dificultad: 80%
  • Adicción: 90%

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