Indiana Jones and the Last Crusade - ZX Spectrum de US Gold (1989)

La acción comienza en 1912 en Utah, donde un joven Indiana intenta demostrar su valía como descubridor de tesoros en una gigantesca caverna. En su interior se encuentra la famosa Cruz de Coronado, una reliquia perdida desde la época de los conquistadores españoles.

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Ficha de Indiana Jones and the Last Crusade
Análisis de Indiana Jones and the Last Crusade
Pokes Indiana Jones and the Last Crusade
Valoración Indiana Jones and the Last Crusade

Ficha de Indiana Jones and the Last Crusade

Videojuego: Indiana Jones and the Last Crusade

Sistema: ZX Spectrum 48K/128K

US Gold

Programadores: Tiertex Ltd (Mark Haigh-Hutchinson, Mark Tait), Blue Turtle (Leigh Christian)

Año: 1989

Análisis de Indiana Jones and the Last Crusade

Dentro de la caverna. Indy encontrará su más querida arma de trabajo, el látigo, debiendo descubrir dentro del enrevesado laberinto de la cueva la ubicación exacta de la Cruz. En su camino encontrará lanzadores de cuchillos, ríos bastante peligrosos, multitud de trampas, cuerdas por las que escalar, hombres armados que intentarán impedir su misión y un larguísimo etcétera.

Mención especial requieren las antorchas que, desperdigadas por sitios estratégicos de la caverna, deben ser recogidas por Indy para evitar que la más completa oscuridad le rodee y se pegue el gran porrazo con la consecuente pérdida de una vida La duración de estas antorchas es temporal, por lo que habrá que ir reponiéndolas, si es que las encontráis, cuando veáis que la pantalla cambia de color hacia otro más oscuro.

Una vez encontrada la cruz, deberéis buscar la salida de la cueva, un sitio en principio inaccesible por una estalactita que impide el paso; estalactita que al tener la cruz en tu poder desaparecerá.

La segunda parte de esta primera fase de las tres de que consta el juego, se desarrolla en los techos de un convoy circense. Indiana debe esquivar aquí unos peligrosos cuernos de rinoceronte que aparecen y desaparecen. los cuchillos de los lanzadores, las balas de algunos hombres, la cabeza, con cuello incluido, de alguna jirafa, además de procurar no caer entre vagón y vagón.

En el caso de que sobreviváis a estos dos aperitivos (cosa bastante difícil de creer), alcanzaréis la catacumbas venecianas. En ellas, al igual que en la caverna, Indy debe encontrar el escudo del caballero del Santo Grial, que, como la Cruz de Coronado, permite el acceso a la segunda parte de esta fase. En el camino, podréis encontraros con "sorpresitas" variadas como ratas bastante agresivas y hambrientas, bolas de fuego algo calentitas, y masones que quieren convertirte a su secta por un método bastante habitual: la fuerza.

Si no te abrasan las bolas, si no te muerden las ratas y no te conviertes en un buen masón muerto, alcanzarás los peligrosos terraplenes de la escuela Brunwaid, donde se encuentra el padre de Indy. Aquí deberás esquivar relámpagos, aludes, además de "acariciar" con el látigo a unas gárgolas situadas en el lugar donde más pueden incordiar. Una vez que alcancéis el castillo comienza la parte final de la aventura.

Aquí Indy merodeará por las pasarelas de un gigantesco zeppelin, buscando la pista definitiva que le ayude en su misión de recuperar el grial Por supuesto, los nazis que pululan por las cercanías no van a estarse quietecitos e intentarán cumplir a rajatabla aquel famoso de Hitler que dice que "No hay mejor explorador que el explorador muerto".

En el caso de que encontréis el camino correcto para atravesar el laberinto, saboteéis el sistema de alarma y deis un buen uso a los puños y el látigo de Indiana, alcanzaréis el último nivel que se desarrolla en el Templo del Santo Grial.

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En este lugar, encontraréis tres pruebas que resultarán sencillas para aquel que haya visto la película, pero bastante complicadas en caso contrario, por lo que, y para obligaros a ver este emocionante film, no os vamos a descubrir el intríngulis de la historia. Lo que si os podemos decir es que debéis daros bastante prisa en encontrar el Santo Grial, ya que de lo contrario el padre de Indiana sufrirá las consecuencias, sobre todo en su corazón.

«Indiana Jones and the Last Crusade» es una de las mejores réplicas cinematográficas a las que hemos tenido el placer de enfrentarnos. Tanto la realidad con que se ha reproducido la aventura como la calidad del juego, le confieren una categoría a la que pocos pueden aspirar.

Los gráficos están perfectamente diseñados; se mueven de una manera asombrosa. sobre todo cuando suben o bajan por las cuerdas y escalas, o cuando Indy utiliza su látigo; el scroll es suave; el mapeado de las fases de lo más complicado; la adicción tremenda; vamos, que poco más se puede pedir.

Eso sí hay que destacar que la dificultad que se ha imprimido al juego es insufrible y resulta de todo punto imposible avanzar en la aventura con las vidas y número de latigazos posibles que el juego posee originalmente.

Pero esto es sólo una pequeña mancha en un traje a medida, a medida de los viciosos de los frenéticos arcades en los que el más pequeño descuido os puede llevar a la tumba.

Como decía el famoso slogan publicitario «Algún día todas las lavadoras, perdón, los programas se fabricarán así».