Juego: Beam
Sistema: Commodore Amiga 500
Magic Bytes
Programador: Ingo Böker, Jan Dark
Música: Thomas Hermann
1989
"Los ojos del jugador maestro exploran el primer nivel, él es un muelle tensado, un gato salvaje listo para atacar. Como un rayo, desde el cielo descubre las soluciones y entiende las conexiones que se establecen entre los objetos que ve. Este raro pasaje no le es desconocido, parece como si ya hubiera estado aquí antes".
Según la carátula este párrafo que han leído corresponde a la descripción del juego, pero como de costumbre los guiones sólo se quedan en "derroche" de imaginación, teniendo algo de sentido solamente la frase final. En realidad de lo que se trata en el juego es de "haz algo en cada pantalla y con cuidado que sólo tienes una vida de principio a fin...".
En realidad el único aliciente que posee este juego es el reto de acabar unas cuantas fases antes de arrinconar el mismo, ya que éste no resulta atractivo de jugar en ninguno de los casos.
Los gráficos de Beam son simples y pobres, ya que con unos cuantos gráficos se resuelve la construcción de las diferentes pantallas del juego. El movimiento de nuestra ¿nave? no resulta complicado, pero sí que resultará difícil llevarla en el sentido deseado y por último el juego es, en conjunto, aburrido.
Entre las diferentes opciones de menú que presenta Beam se encuentra la de uno o dos jugadores, así como el tipo de nave que se desea pilotar (planeadora o misil).
La cantidad de puntos finales que se posea será la suma de los obtenidos en cada fase estando éstos en proporción al tiempo usado en completar cada fase; por lo que si se desea conseguir un buen "score", será necesario hacerlo lo más rápido posible.
Es indudable que el Amiga es una de las mejores máquinas de juegos, lo cual no quiere decir que no sea también una buena máquina en otros aspectos de la informática, pero si se desea convencer a alguien de esta cualidad es preferible no hacerlo mostrándole este juego.
En definitiva decir que Beam es un juego que pasará seguramente sin pena ni gloria por los anales de los videojuegos, ya que la calidad de un juego no puede ser sustituida por un argumento en el que se derrocha imaginación, y a veces demasiada...
