Bajé del avión y contemplé un escenario que no se parecía en nada a lo que yo había imaginado. Un caos de inimaginables dimensiones rodeaba aquel aeropuerto vietnamita en el que acabábamos de aterrizar.
¿Qué quieres saber?
Ficha de Platoon
Videojuego: Platoon
Sistema: ZX Spectrum 48K/128K
Ocean Software
Programadores: Choice Software Ltd (Sean Pearce, David Lyttle, Simon Butler, Mark R. Jones, Andy Sleigh, David Whittaker)
Año: 1988
Análisis de Platoon
Microhobby nº164
No podía creer que aquel terror que se respiraba en el ambiente no era sólo una atmósfera irreal, sino la más cruda de las realidades que he vivido jamás.
Me incorporé al pelotón que me habían asignado. Aquellos cuatro hombres llevaban seis meses peleando por su vida y no les había hecho excesiva gracia que un novato como yo se les uniera de pronto.
Medio año parece poco tiempo, pero Vietnam no era un paraíso y en pocos días se comprendía que aquellos hombres se hubieran convertido en unos expertos en el arte de matar o morir.
Nuestra primera misión consistía en atravesar una parte de la jungla en la que ya habían desaparecido cuatro pelotones. De esos 20 hombres, sólo uno regresó y en un estado más bien deplorable.
De la información que había proporcionado destacaba la cantidad de peligros, trampas, francotiradores y patrullas del vietcong que circulaban por esa parte de la jungla. La misión consistía en demoler un puente y acceder a un poblado donde se suponía que encontraríamos fuerzas vietnamitas.
Nos dirigimos hacia allí, sin ningún tipo de explosivo. ya que el anterior pelotón que lo había intentado había dejado los suyos para que los siguientes pudieran utilizarlos.
Tras varios encuentros con pequeñas resistencias, llegamos a donde estaba la dinamita y, después de recogerla, nos dirigimos hacia el puente. Cruzarlo no era difícil; volarlo tampoco, pero quién sabe lo que nos esperaría en la otra orilla.
Una senda nos llevó hasta el poblado, en el que había población civil, aunque su aspecto delataba la existencia de algún que otro guerrillero disfrazado. En las casas encontramos varios sacos de arroz, alguna que otra trampa, un mapa de un complejo subterráneo, una antorcha y una sospechosa trampilla.
El sargento nos reunió y pidió un voluntario que entrara en la trampilla y la inspeccionara. Por supuesto, yo no me ofrecí, pero algún gracioso me pinchó en salva sea la parte con su bayoneta y del dolor di un paso al frente, lo que me convirtió en voluntario forzoso.
Pero aquello no era una simple trampilla, era la entrada secreta a un complejo sistema de túneles que formaba parte de la estrategia vietnamita.
Allí, los enemigos surgían por todos lados y cualquier distracción podía significar la muerte.
Tras recorrer varios pasillos, por supuesto con la ayuda del mapa que habíamos recogido en el pueblo, me di cuenta de que el laberinto era más complejo y grande de lo que nos habíamos imaginado. En algunas partes de él encontré armas vietnamitas, medicinas para curar mis heridas, una brújula y algunos documentos secretos. Pero el hallazgo más interesante fue el de dos cajas de bengalas que serían de vital importancia para mi siguiente paso.
Encontré una salida que me llevó a otra parte de la selva que me resultaba totalmente desconocida. Mi pelotón no se encontraba allí y además había oscurecido. No me sentía nada feliz en estas circunstancias y, para colmo de males, unos ruidos extraños me hicieron comprender que no me encontraba solo. Lancé una bengala y vi como me rodeaban por todos los lados, pero por suerte para mí, todavía no me habían localizado.
A ráfagas cortas, para no descubrir mi posición, intenté eliminar a todos los que se acercaban demasiado. Aquellos minutos me parecieron horas, o quizá lo fueran. Cuando amaneció, salí de la trinchera y me dispuse a buscar mi pelotón. No lo encontré, pero sí me crucé con el sargento Barnes, otro jefe de pelotón, que estaba por la zona, el cual me comentó que mis compañeros habían sido borrados del mapa por una patrulla vietnamita. Me dispuse a unirme a ellos, pero en una escaramuza me separé y vi como mi sargento, Elias, era acribillado a balazos por el vietcong.
Tardé, pero me di cuenta de que Barnes, aparte de sanguinario, era un asesino, ya que había abandonado a Elias a su destino, sin mover un dedo para ayudarle. La rabia que circulaba por mi sangre me dirigía hacia Barnes para vengar a Elias, pero escuche un mensaje en el que se indicaba que quedaban dos minutos para que esta parte de la jungla fuera bombardeada con napalm. Mi vida era más importante que la de Barnes, por lo que decidí salvarla; ya tendría tiempo de vengarme después.
Con la ayuda de la brújula y salvando los alambres de espino y minas que se interponían en mi camino, me dirigí a toda velocidad hacia mi salvación.
Pero un obstáculo final se interponía entre mí y la vida: Barnes. Había descubierto mis sospechas en torno a Elias y su abandono, y se había atrincherado tras una ametralladora.
Me oculté como pude tras un tronco, mientras escuchaba el típico tableteo de la ametralladora de Barnes. Pero era mi día de suerte, una caja de granadas abandonada estaba esperando que le diera un buen uso y, por supuesto, se lo di. Al quinto lanzamiento, de Bames sólo podía quedar su espíritu, pero, desde luego, nada material ni físico.
Había vencido, aunque para ello había tenido que perder mi inocencia. «Platoon» es uno de esos juegos en los que te asombras a cada instante, no sólo por la acción que conlleva, sino por cómo ésta se desarrolla.
Unos gráficos de calidad en cada una de las fases, un altísimo grado de adicción, dificultad elevadísima y un tema lo suficientemente atractivo, hacen de «Platoon» un programa del que estamos seguros que os hará pasar horas e, incluso, días entretenidos. Además, aquellos de vosotros que hayáis visto la película, podréis comprobar como el programa se ajusta a la perfección al argumento de la misma, incluso con todas sus crudas realidades.
En resumen, un gran pro grama que no tiene nada que envidiar a su homónimo cinematográfico. Incluso se merecía también algún que otro Oscar.
Reseñas de Platoon
Microhobby nº165
Erbe ha puesto recientemente en marcha una iniciativa que puede resultar muy interesante a los coleccionistas de software.
Se trata de editar algunos de los programas más destacados de su catálogo en un formato de lujo, ofreciendo así, además de la presentación habitual en cinta de cassette, otra más completa en una caja de cartón de mayor tamaño y acompañada de múltiples elementos relacionados con el juego.
El primer titulo con el que se va a llevar a cabo esta experiencia es «Platoon», en cuyo lote se incluye la propia cinta con el juego, otra con canciones pertenecientes a la banda sonora original de la película del mismo título un póster, varias fotografías de la película y un libro con las instrucciones detalladas del juego.
El precio de esta edición será aproximadamente de unas 2.000 pesetas, lo cual contrasta con las 875 pts de la serie normal. A pesar de ello, oferta bastante interesante ya que su presentación es sumamente atractiva y duda de que resultará del agrado de muchos coleccionistas.
Ahora sólo cabe esperar que esta iniciativa tenga éxito para que pueda ser realizada nuevamente con otros títulos. Deseamos que así sea.
Microhobby nº163
Cuando una película o novela alcanza el suficiente éxito y eco internacional, los aficionados a los videojuegos saben que poco tardará en aparecer una versión para su ordenador. «Platoon» no podía ser una excepción, y la adaptación del film por parte de Ocean está al caer.
En ella tomarás el rol del sargento Elf Barnes, que se enfrentará a una terrible pesadilla: los horrores del Vietnam. Seis escenarios diferentes, llenos de refugios y laberintos que tendrás que ir descubriendo entre junglas, arenales y carboneras. Habilidad y, sobre todo, unos nervios de acero son fundamentales si pretendes que el sargento siga con vida. Los enemigos acechan detrás de cada arbusto, y cuando llega la noche los peligros se acentúan mucho más, ya que las emboscadas nocturnas son muy numerosas, y los nativos tienen cientos de ojos en la oscuridad.
Tú y Barnes tendréis que poner toda vuestra agilidad e intuición para superar los horrores que os esperan en este programa de Ocean que muy pronto llegará a las pan tallas de nuestros ordenadores.
Microhobby nº159
Este juego corresponde a la versión de una de las películas de más éxito del pasado año, en la que el horror y la paranoia de la guerra del Vietnam son sus elementos principales. A lo largo de seis escenarios diferentes, tendremos que explorar la jungla y, eludiendo las numerosas trampas y defendiéndonos de los ataques enemigos, intentar salir con vida de este auténtico infierno. Sin duda, uno de los proyectos más ambiciosos en toda la carrera de Ocean.
Amstrad Semanal nº97
Ocean Software se ha llevado el gato al agua al conseguir los derechos, en exclusiva, para la creación de juegos basados en una de las películas americanas de mayor impacto mundial en la actualidad: Platoon.
Esta película, cuyo argumento se desarrolla en la guerra de Vietnam, es claramente una obra con fines pacíficos y, al contrario de lo que suele suceder en la mayoría de los juegos o en otros filmes de este tipo, los protagonistas no son perfectos héroes estereotipados, sine que se les considera desde un punto de vista mucho mas humano.
Este complicado argumento va a hacer que Ocean se tenga que enfrentar a un trabajo difícil a la hora de crear un producto que resulte interesante, pues la verdad es que la historia no se presta excesivamente a juegos de este tipo.
Sin embargo, los responsables de la compañía están dispuestos a poner toda la carne en el asador y, en vista de los nefastos resultados obtenidos con programas como Highlanders o Miami Vice, en los que utilizaron a programadores independientes, se ha tomado la sabia decisión de encargar el trabajo a los propios programadores internos.
De cualquier forma, aun tendremos que esperar algún tiempo para ver cuales son los resultados.
Valoración de Platoon
Microhobby nº164
- Originalidad: 10
- Gráficos: 9
- Movimiento: 10
- Sonido: 8
- Dificultad: 9
- Adicción: 10