• Videojuegos Retro
soloretro
Moonlight Madness | Juego: ZX Spectrum | John Cain · 1986

Moonlight Madness | Juego: ZX Spectrum | John Cain · 1986

  • 12 de febrero de 2018

Juego: Moonlight Madness

Sistema: ZX Spectrum

Electric Bubble Bus Software

Programadores: John F. Cain

1986

¿Os acordáis de Booty? ¿sí?, ¿no? Pues no importa. Los que no os acordéis o desconozcáis por completo la existencia de dicho programa seguid leyendo este comentario y así os enteraréis de todo; los que, por el contratio, sepáis perfectamente de qué va el nombrado juego que Firebird lanzó hace algún tiempo, estaréis en ventaja a la hora de haceros una imagen mental de las características tanto gráficas como de juego de este Moonlight Madness, pues la semejanza entre ambos es notoria, (lo que es bastante lógico si tenemos en cuenta que ha sido realizado por ei mismo programador).

Disertaciones aparte, en Moonlight Madness tenemos que hacer el papel de un despitado muchacho que, perdido en el bosque, acude a una mansión cercana y se ve envuelto en una situación de emergencia. Resulta que el hombre que le abre la puerta le confiesa que es un científico que utiliza su casa como campo de pruebas para sus experimentos, por lo que la misma se encuentra llena de extraños aparatos, trampas, elevadores, pasadizos y otros tipos de montajes poco usuales en una casa normal y corriente. De pronto el científico cae redondo al suelo y, entre espasmos, susurra: ¡Las pastillas..., las pastillas! ¡Están guardadas bajo dieciséis llaves. Rápido, encuéntralas!

Así que ya sabéis lo que os toca. Recorreros las cinco o seis mil pantallas del juego, pulsando palancas, abriendo compuertas, saltando, recogiendo llaves, esquivando trampas, perdiendo vidas, cogiendo ascensores, abriendo puertas..., y todas esas cosas que se suelen hacer cuando lo que queremos es pasárnoslo bien.

Y con Moonlight Madness seguramente lo conseguiremos, pues aunque es un juego que gráficamente resulta hasta un poco desagradable y más bien nada brillante, la verdad es que es muy adíctivo y resulta bastante divertido ir recorriendo sus numerosísimas pantallas buscándonos las artimañas adecuadas para conseguir hacernos con las dieciséis llaves.

Una lástima que sea tan pobre gráficamente, pues podía haber sido un gran programa.