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Batman | Juego : Spectrum | Jon Ritman & Bernie Drummond | Ocean

  • 19 de julio de 2017

Juego: Batman

Spectrum 48K

Ocean Software · 1986

Programadores: Jon Ritman, Bernie Drummond, Mark Serlin, F. David Thorpe

Generalmente los programas suelen destacar del resto por alguna de estas tres razones: poseer unas vistosas pantallas, tratar un tema divertido y adictivo, o por tomar como protagonista a un personaje conocido. Batman pertenece a ese reducido tipo de juegos que consiguen sobresalir en todos estos aspectos y lo hace además, de tal manera que aún es capaz de dejarnos boquiabiertos.

Ciertamente Batman es un programa muy especial. Para hacernos una idea sobre su estilo podemos decir que se trata de una extraña mezcla entre los aspectos gráficos de Fairlight y la técnica de juego en la más pura línea arcade de los míticos programas de Ultimate.

Como veréis, en esta ocasión no podemos decir que «toda comparación es odiosa», pues no todos los juegos pueden compararse a tan prestigiosos programas. Sin embargo, Batman no necesita equipararse a nadie; su calidad habla por sí mismo: tiene madera de estrella.

Pero comencemos a explicar más detenidamente en qué consiste exactamente el argumento de este monstruoso arcade. Nos encontramos en las cuevas de Gotham City, en cuyo interior está encerrado Robin, amigo inseparable de Batman, quien ha sido capturado por uno de sus más despiadados rivales, Joker.

Para salir de allí con vida tan sólo contamos con una oportunidad: hacernos con los fragmentos de la Batnave que han sido escondidos por el interior de estas peligrosas mazmorras y escapar lo más rápidamente posible.

Sin embargo, antes de comenzar esta búsqueda, Batman tendrá que encontrar cuatro objetos que le serán sumamente útiles. Se trata de las batbotas, la batbolsa, el batcinturón y el batimpulsor. Estos elementos le permitirán realizar un mayor número de maniobras y movimientos, por lo que ganará enormemente en agilidad y eficacia. Así podrá saltar, coger otros objetos, disminuir el efecto de la gravedad y moverse en sentido horizontal al caer.

Una vez que se haya hecho con todos estos elementos, comenzará la búsqueda de los componentes de la nave. Ahora es cuando las cosas comienzan a complicarse seriamente, pues todos los peligros que hayamos podido afrontar hasta ahora son una simple muestra de la infinidad que aún nos aguardan agazapados por todos los rincones de tas 150 mazmorras que pertenecen a nueve pisos.

Con un escenario tan enorme, plagado además de todo tipo de peligros (perros cabezones, monstruos peludos y chinos antipáticos) y gran variedad de trampas (suelos electrificados, cintas magnéticas, falsos escalones o invisibles empujones), la dificultad se hace más que latente y el conseguir finalizar con éxito la misión puede resultar francamente complicado.

Afortunadamente, y como cabria esperar, no todo son pegas y complicaciones para Batman. Cuenta con tres ventajas muy importantes tales como vidas extra (inicialmente se parte con 8), energía, escudo y salto, gracias a los cuales podrá moverse más rápidamente, hacerse invulnerable o duplicar su capacidad de salto, por lo que por unos segundos podrá eludir con mayor facilidad los peligros cercanos. Estos poderes se consiguen chocando con pequeños Batmanitos que le darán las pastillas con estos mágicos efectos.

El desarrollo del juego prácticamente consiste sólo en conseguir pasar por las pantallas sin ser destruido, por lo que la habilidad y destreza será casi la única arma a usar por nuestra parte. A pesar de que también tenemos la posibilidad de coger objetos, sólo nos servirá para conseguir salir de alguna determinada habitación, ya que no podremos transportarlos de una pantalla a otra.

El juego resulta, en definitiva, verdaderamente entretenido y adictivo, pero no ya sólo por lo emocionante que pueda resultar el ir consiguiendo vencer a los elementos y poder llegar cada vez más y más lejos, sino también, y de una manera muy especial, por la sensacional e increíble calidad y belleza de sus pantallas.

Cada vez nos quedamos más admirados de la habilidad de los programadores para conseguir estos desbordes de imaginación y belleza estética con apenas 64K de memoria.

Sea como fuere, no podemos menos que alegrarnos de que existan programas como Batman.

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