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Gabriel Nieto sobre Viaje al Centro de la Tierra (1990)

  • 27 de septiembre de 2018

Hace dos años, cuando comenzaba a dar mis primeros pasos en el mundo del software, una idea me obsesionaba por encima de cualquier otra: hacer de TOPO una empresa fuerte que ocupara una posición líder dentro de nuestro mercado.

La tarea no era sencilla y el camino por recorrer se me antojaba largo y lleno de dificultades.

El primer objetivo estaba claro, necesitábamos conseguir rápidamente asentar nuestra presencia en el mercado y para ello tuvimos que forzar la máquina, con un único fin: producir muchos juegos que fueran capaces por un lado, de ocupar los primeros puestos de las listas de ventas y por otro, de satisfacer los gustos de un público variopinto deseoso de vivir nuevas y excitantes aventuras desde la pantalla de su ordenador.

Y el éxito, poco a poco, pasito a pasito, fue llegando. Nuestra fórmula estaba clara: un poco de aventura, ilusión, personajes muy distintos entre sí, situaciones excitantes, algún que otro ídolo deportivo y sobre todo, por encima de todo, el deseo de agradar a nuestros incondicionales seguidores, ofreciéndoles un amplio abanico de juegos, sin encasillarnos nunca en un determinado tema o en un legendario personaje.

Comecocos, futbolistas, ciclistas, jugadores de baloncesto, pinballs, vaqueros, romanos, árabes, son una pequeña muestra de nuestro trabajo durante algo más de dos años.

Ahora hace aproximadamente un año que desde estas mismas páginas os anunciaba el deseo de TOPO de intentar la aventura internacional, con un juego muy distinto a todo lo que habíamos realizado hasta ese momento, me estoy refiriendo al Viaje al Centro de la Tierra.

Viaje al Centro de la Tierra ha sido sin duda el proyecto más ambicioso que hemos realizado nunca, el más largo, el más costoso y en el que más personas han intervenido. Y quizás por eso, ahora que los usuarios nos han brindado su apoyo a través de esta revista, concediéndonos el premio al mejor programa del año, podemos sentirnos doblemente satisfechos, porque junto al nuestro competían títulos muy importantes de superpoderosas compañías europeas y prestigiosas compañías españolas.

Y la alegría también tiene que ser doble, porque este premio supone el reconocimiento ya no sólo a la calidad de un programa, sino al trabajo de mucha gente que ahora ha sido recompensado, frente a los detractores que nunca creyeron que TOPO podría llegar a convertirse en la primera empresa de software española.

Como es lógico, en estos momentos de euforia desmesurada, habrá quien me recuerde mis palabras de hace un año, cuando decía que los premios se los llevaba ta marea. Quizás ahora que el premio es nuestro debiera de pensar lo contrario, pero no, no creo que un premio deba ser nunca la justificación de un trabajo, sino más bien la recompensa a un esfuerzo extraordinario. De nada serviría un premio si no fuera acompañado del éxito en la calle, de unas fuertes ventas y de un reconocimiento por parte de todos. En nuestro caso una vez conseguido todo esto, el premio es la culminación de una etapa, la etapa de Viaje al Centro de la Tierra.

Ahora comienza una nueva etapa, con nuevos productos, con nuevos planteamientos. Títulos como Black Crown o Lorna muy pronto os sonarán muy familiares. Son títulos que estoy seguro optarán a nuevos premios, son nuevas superproducciones que llegan para continuar con la labor que empezamos con Viaje al Centro de la Tierra. Pero aún hay más, porque ahora que fichar figuras conocidas se ha convenido en un deporte nacional, TOPO os prepara una nueva sorpresa que hará palidecer a más de uno y estoy seguro que convencerá a otros muchos de que este fenómeno nuestro, el fenómeno TOPO, no ha hecho más que comenzar, nuestra cruzada, lejos de ser la última cruzada es el principio de algo que acaba de nacer, algo que todos llaman TOPO.