¡MALDITA sea! ¿Dónde estará ese condenado despertador? La de fases que tendré que pasar hasta alcanzarlo. ¿Y luego qué? Acabo de acordarme de que estoy muy lejos de mi querida hamaca. Tendré que atravesar el desierto, huir de esos pesados indios pieles rojas, evitar a los ruidosos músicos ambulantes y sortear innumerables dificultades. La verdad es que puedo dejar mis huesos en el empeño. Aun así lo intentaré, pues creo que la recompensa merece la pena; para eso soy Gonzzalezz. hijo de Pancho Colate y de Martita Chavargas.
Bromas aparte, la última creación de Opera Soft parece realizada por un ángel (Zarazaga), pues sus puntos cómicos y el desarrollo del juego son divinos. La melodía del juego ha sido espléndidamente realizada y seguro que de pequeños la habremos oído más de una vez.
El juego está plagado de trampas y peligros en todo su desarrollo y se carga en dos fases. En la primera, el movimiento se realiza andando o saltando. El salto se puede controlar mediante varias teclas, pulsando izquierda o derecha para cambiar la dirección y la tecla de salto repetidas veces para controlar la altura. El personaje también se puede agachar para esquivar los objetos que de vez en cuando lanzan los enemigos.
Todas las fases del personaje están realizadas con grandes dosis de humor, en especial cuando Gonzzalezz salta.
En la segunda carga existen varios objetos que pueden ser utilizados. Se puede llevar un máximo de cuatro objetos, uno por bolsillo. Cada objeto vale para algo en específico; por ejemplo, los músicos ambulantes te dejan en paz al proporcionarles dinero, etcétera.
Los objetos están repartidos por las diferentes habitaciones y hay que agacharse para cogerlos. El mapa es bastante complejo y se pasa de un lado a otro mediante un suave scroll de pantalla. En esta fase hay tres habitaciones: la iglesia, la tienda del jefe indio y el salón. Para entrar en cada habitación hay que ponerse enfrente de la puerta y pulsar la tecla de agacharse.
Uno de los objetos más útiles que se pueden coger es la pistola, ya que gracias a ella podrás librarte de los enemigos que te molesten sin más contemplaciones. Sin embargo, tendrás que economizar las balas, pues dispones de una cantidad limitada. En algunas pantallas se encuentran dispersas cajas de balas con seis cartuchos cada una. Se pueden llevar varias cajas de balas a la vez sin ocupar ningún bolsillo.
Los gráficos en Amstrad CPC están realizados en cuatro colores (mode 1), como viene siendo costumbre en los últimos programas de Opera Soft, y el resultado es estupendo: tanto los decorados como los personajes tienen un aspecto gracioso y divertido que ambienta el programa a la perfección.
En la versión de PC todos los detalles han sido cuidados al máximo, en especial el movimiento y el scroll. El juego en Spectrum es prácticamente igual a las otras versiones, exceptuando las lógicas diferencias con las limitaciones de los gráficos y el sonido. La versión de PCW es técnicamente brillante y demuestra el perfecto dominio que los chicos de Opera Soft tienen sobre esta máquina. En fin, poco más se puede decir. Opera Soft ha vuelto a sorprendernos con un programa rebosante de originalidad. Enhorabuena.
Versión comentada: Amstrad CPC
La idea del juego es brillante, simpática y divertida. El programa tiene un grado de dificultad muy elevado, con lo que la adicción está garantizada. El sonido es muy bueno, acorde con el resto del programa. Cuando un juego de esta calidad aterriza por esta redacción, todos hacemos votos para que los próximosprogramas de esta compañía sea, cuando menos, iguales a este.
Otras versiones:
Amstrad CPC (cinta: 875 ptas, disco: 2.250 ptas)
Spectrum (cinta: 875 ptas)
Amstrad PCW (3.900 ptas)
PC (1.990 ptas)
Creador por: Opera Soft
Distribuido por: MCM
Lo mejor: Todo
Lo peor: El elevado nivel de dificultad.
Puntuación
Sonido: 9
Gráficos: 9
Adicción: 9
Nota media: 9