Hammerfist - ZX Spectrum de Activision (1990)

Humanos y hologramas conviven en un mundo dominado por la máxima seguridad que es capaz de desarrollar un gigantesco ordenador.

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Ficha de Hammerfist

Videojuego: Hammerfist

Sistema: ZX Spectrum 48K

Activision Inc

Programadores: Vivid Image (Mevlut Dinc, Steven A. Dunn, Gary Thornton, Hugh Riley), Shaun G. McClure

Año: 1990

Análisis de Hammerfist

En el año 2245 los hologramas han llegado a un punto de composición tan perfecta, que Incluso no pueden ser distinguidos de los humanos de a pie. La construcción de tales organismos vivientes está premeditada a un único fin. Asesinatos, atentados y demás actos maquiavélicos son planeados por el centro maestro de holografía, a través de la selección de personas con increíbles cualidades.

Sin embargo, la computadora que ha almacenado a dos de los hologramas más poderosos jamás creados, ha tenido un fallo enviando a dos asesinos mortales a una misión terminal: destruir el centro holográfico.

El martillo pronto empezará a actuar, Hammerfist y Metalisis son esos dos hologramas sorprendentes. En realidad son la misma persona. Actúan intercambiando sus cuerpos con la facilidad de un camaleón, dependiendo de las funciones que pretendan llevar a cabo. Uno es gigantesco, con un puño de martillo realmente demoledor, la otra podría posar para cualquier revista. Es fresca, alta y extraordinariamente atlética. Sus cualidades en el salto nos serán imprescindibles para acceder a niveles elevados, mientras que el puño de Hammerfist será capaz de destrozar cualquier robot que salga a su paso.

En el tiempo en que se desarrolla la aventura, el centro maestro ocupa un vastísimo territorio, rodeado de formas y seres des conocidos. Los dos hologramas intentarán se limpiamente escenario del suceso.

Este incluye dos situaciones según se permanezca en el interior o se salga al paraje que lo rodea.

En el mismo centro, el decorado se abastece de plataformas, ascensores y computadoras. que dan al juego un desarrollo multiforme. El exterior incluye fauna marina deformada por la profundidad en la que un gran barco hundido esconde la apariencia horrorosa de «Octosquab», la hormiga que decide los destinos del centro.

Los objetivos más inmediatos de los camaleones holografiados son destrozar los sistemas de seguridad que inundan el juego, para acceder a los últimos niveles, y allí matar a técnicos y robots. Cada una de esas víctimas desprenderá un icono que en nuestra propiedad, nos dotará de armas y mucha más energía. Cada punto recogido será vital de necesidad, dado que la cantidad de enemigos que nos agreden está muy por encima de nuestras posibilidades Iniciales.

A todas luces, Hammerfist es un excelente juego. Conjuga arcade de acción masacradora con una videoaventura donde es necesario ir dando unos pasos determinados. Gráficos y movimiento se muestran en un plan sólido y brillante, contraponiéndose con la forma 3D de nuestros guerreros. Destacar en especial los efectos de transmisión de rayos o la estupenda realización de la hormiga gigante.

Los flic-flacs de Metalisis bastan para comprobar tanto su agilidad como la calidad del programa, avasalladores ambos.

Original desde el argumento hasta el último pelo del dedo del puño de Hammerfist.