Chip's Challenge - ZX Spectrum de US Gold (1990)

Chips Challenge es como las tomas falsas del Vip noche, un tiro... de adicción. Y una bomba inesperada para la creación de juegos. En un momento en que la variedad de soportes para juegos es inaudita, y en el que el presunto reinado lo ejercían ordenadores, ha sido una sorpresa encontrarnos con un arcade que proviene de una consola, y ha sido más que grato observar que la consola es la tan traída y llevada Lynx.

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Ficha de Chip's Challenge

Videojuego: Chip's Challenge

Sistema: ZX Spectrum 48K/128K

US Gold

Programadores: Images Ltd (Tony Mack, Adam Clarke, David Whittaker)

Año: 1990

Análisis de Chip's Challenge

De una máquina tan potente no se podía esperar menos. Con Chips Challenge ha hecho verdadero honor a su cometido, que no es otro que la diversión. U.S. Gold, en una búsqueda desesperada por encontrar nuevos caminos de adicción, no ha dudado en trasladar lo logrado por la Lynx a los ordenadores, que como el Spectrum, hace poco convertían lo suyo a las consolas.

Un sólo rasgo domina por encima de todo en este juego. El nivel de enganche es increíble, desgarrador y único. Lo malo es que para conseguirlo han debido supeditar todos los demás elementos a la adicción, y eso es irreprochable aunque los gráficos, el movimiento o el decorado, se queden a las puertas de lo mínimamente exigible a estas alturas.

Chips Challenge se basa en los laberintos típicos de comecocos que tanto nos entusiasmaban hace unos años. La mecánica en el fondo es la misma, aunque los objetos varíen. Un pequeño hombrecillo recorre cientos de estructuras realizadas a base de cuadrados en las que se hallan chips repartidos por todos los lados. Su misión es recogerlos al pasar por encima, sin despistarse en ningún momento del tiempo limite para completar una fase —qué no es multicarga, hombre, que no—.

En su duro camino a través de todos los niveles se encontrará con puertas que no se abren, llaves de diferentes colores, enemigos en forma de llama o de bicho, ladrones, transportadores, escudos y una infinidad de objetos que reclamaran tarde o temprano no sólo habilidad sino también inteligencia a raudales.

Hay situaciones en las que deberemos pararnos a pensar, no sólo para calcular cuál es el momento preciso para atravesar tal o cual barrera, sino también para determinar, por ejemplo, qué camino sigue la corriente que tenemos enfrente y que nos arrastrará sin piedad hacia algún punto, qué interruptor abre esa puerta o cuáles son los bloques que debemos mover para atravesar esa riada de fuego, es decir, agua y «tire» que dicen los ingleses. Con objeto de informaros sobre las características de cada nivel, la meta final y los rasgos de diferentes personajes, el propio programa sirve en cada fase un telegrama breve y conciso en el que explicará lo más importante y sustancial, junto a un código que será muy útil.

La variedad de casos planteados os tendrá en ascuas. A veces, si cometéis el error de caer en una trampa o de realizar algún paso erróneo, acabaréis la aventura sin más resultado que vuestro fracaso. Pero, vamos, si ahí no está la clave de la adicción que venga San Chip y lo vea. Y si no, hacer la prueba.

Gráficos pequeños pero lo suficientemente claros, junio a un scroll algo mareante por su brusquedad y el lío organizado de fichas completan el comentario técnico.

Sabia filosofía la de U.S. Gold que se ha permitido el lujo de subirse al carro de las consolas sin que vaya nunca en perjuicio nuestro. Al contrario.