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Nodes of Yesod | Juego : Spectrum 48K | Steve Wetherill & Colin Grunes

  • 3 de octubre de 2016

Juego: Nodes of Yesod

Programadores: Steve Wetherill, Colin Grunes, Stuart James Fotheringham, Paul Salmon, Fred Gray

Sistema: Spectrum 48K

Odin / SERMA

Precio: 2.800 ptas

Nodes of Yesod hacia su aparición publicitaria hace ya algún tiempo, con una campaña muy propia del estilo de Ultimale. Sin pistas, sin frases de ningún tipo, con un velado misterioso que lo envolvía todo y que parecía estar aguardando el momento en el que el jugador descubriera lo que se escondía en realidad detrás de una bonita presentación. Y el momento llegó. Allí estaba nuestro personaje, un astronauta llamado Charlie que había llegado a la superficie de aquel planeta con el fin de descubrir el misterio que se encontraba oculto en las entrañas de éste. Charlie es enviado desde la Tierra a la Luna para encontrar una especie de monolito que, según los científicos, es muy importante como instrumento de comunicación a través del universo. Pero para llegar a él, antes tendrá que encontrar las ocho llaves. La tarea es complicada, pero no importa, allí está nuestro arriesgado astronauta en la superficie de la Luna y a lo lejos, el planeta Tierra, al que sólo podrá volver una vez que haya cumplido su misión. El suelo de la Luna está plagado de cráteres profundos que forman un complejo laberinto del cual una vez dentro será muy complicado salir. Bajar es sencillo pero subir resulta bastante más complicado. Los científicos, sin embargo, han descubierto la existencia de unos seres que habitan el planeta y que, van a ser muy importantes en la misión de Charlie. Se trata de una especie de topos capaces de devorar los muros de las cavernas cuando éstos escondan tras de si otros lugares. Lo primero que hay que hacer es, por tanto, encontrar alguno de estos bichos y utilizarlo posteriormente cuando nos sean necesarios. Y de este modo, comienza la aventura. Charlie recorre la luna atento, esperando encontrar en alguno de esos cráteres a uno de los topos. Hay que estar muy vigilante, puede aparecer en cualquier momento y disponemos de muy poco tiempo para hacernos con él. Si pulsamos el botón de salto veremos enseguida cómo nuestro personaje desafía las leyes de la gravedad y avanza por el aire en una simpática pirueta. Ese salto puede ayudarnos en un momento determinado a capturar al topo y es, además, nuestra única arma para ir de un lado a otro, una vez en el interior de las cavernas. Cuando ya tengamos al topo en nuestro poder estaremos en condiciones de empezar a examinar el interior de los cráteres, pero mucho cuidado, un salto mal calculado podría adelantar nuestra incursión y un mal paso podría enviarnos a la parte más profunda de la enorme caverna. Aunque el traje de astronauta está preparado para resistir muchos golpes, una caída desde una altura excesiva acabaría con una de las vidas de Charlie.

Los enemigos de las profundidades son muchos y habrá algunos a los que podremos derrotar y otros con los que hay que tener mucho cuidado. También hay una serie de zonas que son una especie de transbordadores que nos llevarán a otro lugar dentro de la caverna. Después de algún tiempo de juego nos damos cuenta de que aún queda mucho camino por recorrer y que hay que intentarlo de la forma más segura posible.

Originalidad: Nos recuerda mucho a otros tiempos de Ultímate, sin embargo, hay detalles en el programa llenos de originalidad que no se pueden negar, como es el caso del «topo».

Gráficos: Muy buenos y aunque el interior de las cavernas nos recuerda a Underwulde hay que reconocer el mérito en el diseño de la pantalla y, sobre todo, lo brillante que resulta el movimiento del astronauta.

Sonido: Los efectos de rigor y una melodía al principio del juego llena de ritmo.

Valoración: De esos juegos de los de pasarlo bien a los que es muy difícil renunciar antes de haber llegado al final. El nivel de adicción es bastante alto.