Juego: Elecciones Generales
Spectrum 48K
rogramadores: Paco Martin, M.A. Hijosa
Juegos & Estrategia
Con Elecciones Generales por supuesto que no vamos a llegar a ocupar un despacho en la Moncloa, pero si conseguimos ganar, casi podríamos decir que estaríamos capacitados para ello.
De todas formas, y aunque no consigamos lograr nuestro objetivo la diversión está asegurada, pues el programa posee una estructura muy fluida de juego que le imprime una gran sencillez de manejo y que hace que no sólo tengamos que limitarnos a pulsar monótonamente la tecla de la opción correspondiente, sino que cada vez nos sentimos más identificados con el papel de un auténtico político.
Por otra parte, se puede apreciar que los aspectos gráficos están mucho más cuidados de lo habitual en este tipo de juegos de estrategia con lo que se ha logrado quitarle frialdad al programa y darle una nota de color y, en algunos casos, hasta de simpatía.
Un detalle que demuestra lo completo y realista que resulta el programa, es el hecho de que ha tenido que ser dividido en dos partes: la fase preelectoral y la fase electoral propiamente dicha, ya que es imposible introducir en un solo bloque toda la cantidad de acciones, posibilidades y opciones correspondientes al desarrollo completo de la campaña, que en conjunto ocupan cerca de 80 k de memoria. Esto provoca, lamentablemente, la incomodidad de tener que cargar dos veces el programa. Quizás sea éste el único «pero» que se le puede poner al juego, ya que se corre el peligro de perder la información en una de estas acciones de carga.
Las dos fases en que está dividido el programa están relacionadas muy directamente entre sí, ya que, dependiendo de los resultados obtenidos en la campaña preelectoral, estaremos en disposición de obtener un mayor número de votos, y por consiguiente, de escaños.
La primera parte del juego es en la que más influye el sentido de la estrategia y en esta debemos concentrar la mayor parte de nuestra fuerza e inteligencia con el fin de alcanzar una ventajosa situación con respecto a nuestros rivales de cara a la fase electoral.
Esto se consigue ganando afiliados, para lo cual es necesaria una correcta y adecuada administración del capital con el que partimos inicialmente, con el fin de poder adquirir la mayor cantidad posible de sedes del partido repartidas estratégicamente por España.
Pero desgraciadamente el juego de la política no es siempre todo lo limpio que seria de desear. Hay ocasiones en las que los líderes se ven obligados a tomar decisiones un tanto «turbias» con las que obtienen sustanciosos beneficios: control sobre la prensa, espionaje político, obtención de préstamos de fuentes de dudosa naturaleza...
En Elecciones Generales también podemos correr el riesgo de adoptar este tipo de medidas aunque, por supuesto, tendremos que cargar con las consecuencias... La ficción iguala a la realidad.
Así, tras dieciséis semanas de intrigas, luchas y duro trabajo, llegamos a la fase electoral. En este momento la suerte estará prácticamente echada, pues el número de votantes está más o menos decidido en la totalidad de las capitales españolas.
Ahora es cuando verdaderamente tenemos que empezar a movernos pues ha llegado la hora de confeccionar nuestro programa electoral y tenemos que dar a conocer nuestra opinión acerca de los veinte principales temas que forman parte del panorama político del país: disminución del paro, incorporación a la OTAN, seguridad ciudadana, fomento del deporte, legalización de las drogas blandas, eliminación del IVA, erradicación del terrorismo, creación de canales de TV privados, ampliación de impuestos...; en definitiva, debemos crearnos nuestra política como partido.
Y al fin llega el gran día. Todos los esfuerzos, temores, alegrías y desalientos de estas veintitrés semanas quedan atrás. Ahora sólo queda sitio para las lamentaciones, para analizar los errores cometidos. La suerte está echada: hoy se celebran las Elecciones Generales.
