Uno de los últimos inventos de Sir Clive Sinclair, el C-5, ha dejado de rodar.
La noticia saltaba hace muy poco a los periódicos ingleses (1985): Sinclair Vehicles, compañía fundada por Sir Clive Sinclair para la fabricación de un pequeño vehículo eléctrico de tres ruedas, ha quebrado.
La compañía, que debía cerca de 165 millones de pesetas a 110 suministradores y que acaba de nombrar a un administrador judicial, por lo que pueda pasar, ha visto desvanecerse uno de los artilugios en los que, al parecer, había puesto gran ilusión. Parece ser que a los ingleses no acaba de llenarles este pequeño vehículo que ha contado con una extensísima publicidad y un bajo precio.
Además de la mala reputación debido a los defectos de fabricación que se le ha atribuido, ha sido muy criticado por los especialistas que le consideran sumamente peligroso para la circulación por sus dimensiones (demasiado bajo) y por su lentitud.
Adiós pues al C-5.
